MoLAA presenta nuevas exposiciones pictóricas y escultóricas – Excelsior California

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Alexandre Arrechea se para frente al tapiz de una máscara con influencias africanas semejante a la que lleva en su playera negra.

En la sala de enfrente del Museo de Arte Latinoamericano (MOLAA) en Long Beach se instalan todo tipo de artefactos que dan forma a varias piezas que incluyen una especie de árbol metálico que en sus ramas sostiene canastas de basquetbol. También hay estructuras que parecen confundirse con las escaleras metálicas que se usan para instalar las piezas.

El artista cubano Alexander Arrechea montando su obra “Intersected Horizons” en el Museo de Arte Latinoamericano (MOLAA) en Long Beach, California, 2023. Foto: José FUENTES-SALINAS.

¿Son arte-objetos?

El llamado “arte objeto” introducido por Pablo Picasso en 1912 para su “Naturaleza Muerta con silla de rejilla”, o la rueda de bicicleta de Marcel Duchamp, no es ajeno a la formación de Arrechea quien reconoce que un libro de Picasso y Wilfredo Lamm fue su influencia temprana en su natal Trinidad, Cuba.

“Ese fue como un impulso para uno… A los 13 tenía claro que tendría que dedicarme al arte”, dice Arrechea (1970) quien incia su exposición en MoLAA el 9 de septiembre y que durará hasta mayo del 2024.

Llamada “Horizontes Intersectados” la exposición incluye pinturas, instalaciones, escultura, fotografía y videoarte, que a decir de la curadora Gabriela Urtiaga “permite una mirada extraordinaria al universo de un artista cuyo método y ejercicio creativo supera los límites de los materiales comunes y artefactos tradicionales”.

En la sala de exhibición se complementa la muestra de piezas con videos donde se observa los escenarios donde suelen aparecer, como un parque donde jugadores lanzan balones a las canastas del arbol naranja.

Entre 1991 y 2003,  Arrechea formó parte de un grupo de artistas cubanos llamado Los Carpinteros.

Arreachea crea  grandes instalaciones en museos o encargos para espacios públicos que invitan al espectador a ser participante con las obras.

Pero también propicia la contemplación tradicional a través de sus esculturas o trabajos de grafito y acuarela sobre papel. Todo esto lo lleva a poner un pie en el disfrute individual y otro en lo colectivo.

“Yo nací en la villa de Trinidad, donde la arquitectura siempre ha sido un factor que define la identidad del lugar, y basado en eso ha habido un motor para desarrollar la obra que he hecho en unos 30 anos de carrera artística”, dice.

Según se explica en su ficha del museo, Arrechea explora los espacios donde va a estar su obra para que esta pueda interactuar con el público y contrastar con la arquitectura del sitio.

El vive y trabaja en Nueva York, y sus exposiciones individuales y proyectos recientes incluyen: Corners, en Galeria Nara Roesler, Nueva York (2019), EE. UU.; Jerarquias Negadas, en Galería Habana (2016), en La Habana, Cuba…

Sus obras forman parte de importantes colecciones públicas, como: Colección Daros, Zurich, Suiza; Museo de Arte Contemporáneo (MOCA), Los Ángeles.; Museo de Arte Moderno (MoMA), Nueva York.

La obra del artista cubano inicia a la par de la exposición de la argentina Paola Vega, quien presenta pinturas abstractas donde se juega con sombras y luces que destacan los colores pastel.

La pintora argentina Paola Vega montando su obra “El Misterio de la Pintura” en el Museo de Arte Latinoamericano en Long Beach, California (MOLAA) (2023). Foto: Josén FUENTES-SALINAS.

Vega, quien tiene su galería en Buenos Aires, toma de referentes la obra de la canadiense Agnes Martin, tanto como la obra de Rothko, donde las impresiones de los colores son lo esencial y lo secundario.

En una charla, Vega acepta que acaso una de las funciones del arte abstracto es sensibilizar al observador con las formas y colores que se dan en el entorno real de las personas (fachadas, paisajes urbanos…).

“Yo trabajo mucho con la luz y el color. Los estímulos que me influyen son donde haya naturaleza y el entorno de una ciudad grande como lo es Buenos Aires, todo lo que tiene que ver con el color y la luz. Amo la arquitectura donde quiera que esté”, dice.

Al preguntársele sobre la forma en que se ve actualmente el arte pictórico de cara a la explosión de las imágenes digitales y cibernéticas, cree que el tiempo de creación y contemplación es lo diferente.

“Son muy distintos. El tipo de pintura que yo hago es muy lenta porque utilizo óleo sobre tela. El arte cibernético apela más al tiempo rápido que se vive”, dice.

LOS RETOS DE UN MUSEO

El Museo de Arte Latinoamericano fundado en 1996 ha ido ampliando su perspectiva y sus propósitos. En la actualidad trata de compaginar sus propósitos educativos con los de exponer lo mejor del arte latinoamericano.

Directora del Museo de Arte Latinoamericano en Long Beach (MOLAA), Lourdes Ramos-Rivas con la obra de Alexander Arrechea (2023). Foto: José FUENTES-SALINAS.

“Mi propósito es el de ser una facilitadora y dar a conocer los mejores valores del arte latinoamericano”, dijo Lourdes Ramos-Rivas, presidenta y directora de MOLAA.

Luego de anunciar una colaboración con el Museo Nacional de Arte en México (MUNAL) con la exposición “El Festín del Sabor”, Ramos-Rivas destacó que alrededor de 10 millones de dólares que se han obtenido para el museo se utilizarán en tres fases que incluyen: educación e investigación; incremento de galerías y acondicionamiento ambiental del inmueble.

Del aservo de más de 1,300 obras, en las que se incluyen piezas del colombiano Fernando Botero, la mayoría tiene el estilo que gustaba a su fundador Dr. Robert Gumbiner, pero ahora se presenta el desafío de estar actualizado con las nuevas creaciones latinoamericanas.

 

 

 

 

 



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